Teresa Marquina
Escritora
Desde la mesura
A la obra de arte se llega a través de un camino. Un camino que el creador y el receptor han de desbrozar por espesa que sea la fronda, aunque a veces ni siquiera veamos la fronda y nos parezca que al artista le surge por generación espontánea, de forma gratuita, o como mucho a precio de saldo. Este desajuste entre la obra realizada y lo que hay detrás de ella, la intención del creador, generalmente se evidencia en las artes visuales en función de su tamaño, a excepción del mundo de las miniaturas –o casi miniaturas– consagradas, que acaparan merecidas colas de entendidos y turistas. Pero no es lo más frecuente, al menos en mi experiencia personal.
Recuerdo, de mi infancia, las visitas de los domingos al Museo del Prado en el que las salas de Goya, Rubens, Velázquez, etcétera, estaban siempre repletas de público. Además de la fuerza de sus figuras, paisajes y colores, las dimensiones de aquellos lienzos desbordaban mis ojos de niña.
—Fíjate cómo te mira el caballo —me decía mi madre frente a La rendición de Breda—, te sigue y al final se da la vuelta y continúa mirándote como si fuera de verdad.
Entonces yo desandaba lo andado, reanudaba mis pasos sin perder de vista al caballo y comprobaba que mi madre decía la verdad y que aquel caballo era mágico como los camellos de los Reyes Magos o de sus pajes. La guinda, sin embargo, la ponía el Abuelo mostrándonos el Tránsito de la Virgen, de Mantegna, uno de sus tesoros favoritos. Ay sí, qué bonito, imagino que diría yo, pero lo cierto es que apenas me fijaba en él porque en comparación con los otros me parecía pequeño, mi retina copada por aquellas magnitudes, ropajes, luces y sobre todo por los ojos del caballo.
Han transcurrido casi ochenta años. Sigo evocando a aquel caballo que me seguía con la mirada y ahora pienso que no era magia, sino una enseñanza: él quería mostrarme lo que hay detrás de cada efecto óptico, de cada pincelada del artista y, en definitiva, de cada obra, independientemente de sus medidas reales o imaginadas. Sin embargo, y abundando en mi teoría, sucede que cuanto más reducidas sean ellas, más fácil es que la obra resultante pase desapercibida o no suficientemente valorada por la mayoría de nosotros, los no entendidos o poco duchos en la materia. Más si se trata de un grabado de diez por diez centímetros pegado a otro de idénticas dimensiones. Una diminuta regularidad a la que el profano no está habituado, no la identifica con lo “rompedor” ni tampoco con lo clásico: hay demasiada asimetría impostada en nuestro entorno actual, demasiada intención de provocar en vano, demasiadas grandes paredes llenas de vacío. Los árboles, tantas veces, no nos dejan ver el bosque.
De ahí, para quienes glosan el pasado, presente y futuro cultural de Cadaqués, la trascendencia de la figura de Pascual Fort, que creó el primer Mini Print Internacional hace cuarenta años desde su taller de grabación y anteriormente de esmalte. Es decir, a partir del esfuerzo callado y solitario del artesano que sabe bien su oficio y no le basta: necesita conocer la labor de los otros a través de muestras reducidas, mesuradas. Y es ese gesto suyo desinteresado, de buen creador, lo que le hace grande, le hace sabio, lo alimenta y confiere a la Galería sello de permanencia, y a los participantes de antes y de ahora, que se multiplican y acuden desde cualquier parte del mundo, ansias de seguir buscando, innovando y traspasando los límites en su obra, tan minúscula como infinita. Afán de búsqueda continuada, por encima de cualquier otro afán.
Transcurrido casi medio siglo, justo es que le rindamos homenaje, así como a Mercedes Barberá, alma mater del Mini Print, un proyecto que compartió con Pascual desde su inicio y, en virtud de su esfuerzo, entrega, perseverancia y amor, ha sabido defender hasta hacer de él razón de vida. Gracias, Mercedes, por enseñarnos a mirar, a aprender, a esperar… ¡y a seguir!
Valga, como tributo, uno de mis poemas favoritos de mi abuelo, Eduardo Marquina:
ORACIÓN
Una fuente escondida
y un caminar con sed
y al final del camino
encontrarla y beber.
No pediría al Cielo
en mi vida otro bien.
Mas si Dios no pudiera
mi deseo atender,
le diría a Dios: nada
te pido que me des,
a la fuente renuncio
y al camino también.
Pero, hasta que me muera,
consérvame la sed.
Mercedes Barberá Rusiñol
Directora del Mini Print Internacional de Cadaqués
Observar las ideas, formas y colores que conforman el mosaico de las obras de los artistas participantes en la exposición del Mini Print Internacional de Cadaqués me hace pensar en los diferentes talleres de obra gráfica, tanto particulares como colectivos, de tantos países representados. Estos talleres, motivados por los artistas que nos envían sus obras, investigan nuevos materiales, no contaminantes, ecológicos, llamados “verdes”, para realizar las diferentes técnicas y estudian las posibilidades artísticas que las nuevas tecnologías ponen a su alcance, mejorando cada vez más la calidad y belleza de los resultados.
Esta idea me ayuda a dar continuidad a la existencia del Mini Print Internacional de Cadaqués y a luchar por su permanencia en el mundo de la cultura plástica. La exposición recoge todas estas muestras de modernidad, las enseña, reconoce su valor y las premia.
Las exposiciones individuales de los artistas ganadores de la anterior convocatoria son un gran aliciente para visitar el Taller Galería Fort durante el verano en Cadaqués. Este año hemos contado con la presencia de Marta Balada (Cataluña), Toshiaki Shozu (Japón), Mariela Canchari (Francia) y Peili Huang (Taiwan). Aunque la artista Nadejda Ménier (Francia) no asistió a su exposición, sus maneras negras fueron muy valoradas. Lamentablemente, la obra del artista cubano Ibrahim Ambar Ricardo no llegó a nuestras manos, por motivos ajenos a su voluntad.
Los artistas ganadores que han venido a Cadaqués, han compartido sus conocimientos y sus técnicas particulares. Los visitantes han admirado sus obras, de gran calidad artística. Los expertos en la materia han comentado con ellos su obra y las técnicas y materiales empleados para su realización. Durante su estancia entre nosotros han ejercido de jurado de la presente convocatoria.
Sus obras has sido expuestas también en la galería Arteria de Igualada (Barcelona). La voluntad de Lluïsa Avante de recoger estas exposiciones año tras año se ve ya consolidada. Finalmente, una copia de cada grabado ganador ha sido entregado al Fondo Mini Print de la Biblioteca de Cataluña.
La exposición del Mini Print Internacional de Cadaqués empezó su itinerancia en el Wingfield Barns de Wingfield (Inglaterra) gracias a la dedicación de Ian Chance, que durante tantos años lo hace posible. Nuestro agradecimiento por tan continuado esfuerzo.
La fundación Tharrats de arte gráfico de Pineda de Mar (Barcelona) acoge con mucho interés el Mini Print Internacional de Cadaqués durante el mes de octubre, ejerciendo su labor cultural entre los pueblos de su entorno.
Durante los meses de noviembre, diciembre y mitad enero, el Mini Print Internacional de Cadaqués permanece en la galería L’etangd’art de Bages (Francia), bellísimo pueblo, cercano a Narbone, donde la exposición es visitadísima y muy valorada por su interés didáctico.
Este invierno hemos sufrido la inesperada y dolorosa pérdida de la periodista y gran comunicadora Montserrat Minobis. Sus grandes conocimientos la llevaron a ocupar altos cargos de gran responsabilidad. La queríamos y admirábamos. Presentó el catálogo del 37.º Mini Print Internacional de Cadaqués, siempre permanecerá en nuestra memoria.
Este verano se hicieron eco de nuestras actividades la televisión catalana TV3, que emitió un pequeño reportaje, las revistas Bonart, el Setmanari de l’Empordà y Hora Nova, así como el Diari de Girona, el Punt Avui y La Vanguardia. Agradecemos su impagable colaboración.
El año próximo el Mini Print Internacional de Cadaqués cumple 40 años de existencia, gracias a la colaboración de tantos artistas que nos han respaldado durante estos años. Esperamos su presencia de nuevo y la de todos aquellos que piensan que el Mini Print Internacional de Cadaqués merece continuar.
Con esperanza,
M.B.